«Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes, tristes.
Tristes armas si no son las palabras. Tristes, tristes.
Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes, tristes.»
(Miguel Hernández Gilabert; Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942.
Cancionero y romancero de ausencias, 1938–1941; 1958)
Cuando las guerras no son combate de amor, cuando las armas de nuestras luchas no son las palabras más certeras, cuando el ser humano concreto no es capaz de empeñar su vida por amor, el mundo se torna inhóspito y triste... Y el mundo, para tanta gente y en tantos lugares, es inhóspito y triste. ¿Cómo reconstruir la vida como una empresa de amor cuajada en palabras que quieren ser versos?... Acaso ésta debiera ser la tarea más valiosa de la escuela del presente. Pero también la escuela, institución de este mundo, es con demasiada frecuencia un espacio de guerras ajenas al amor, donde se usan armas ajenas a las palabras, en el que proliferan seres de aliento técnico cuyos rituales asépticos nada tienen que ver con el amor... Un ámbito más inhóspito y triste, muchas veces, que la propia intemperie.
Nacho Fernández del Castro, 24 de Marzo de 2011.
Un joven Maestro colombiano.
ResponderEliminarEjemplo de lo que se puede hacer. Hoy.
Se merece más reconocimiento :
http://www.youtube.com/watch?v=tsHyN9zj8_o&feature=related
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ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=tsHyN9zj8_o&feature=related