«El bien y el mal no existen si no hay libertad para desobedecer...»
(Erich Fromm; Fráncfort del Meno, Hesse, Alemania, 23 de marzo de 1900 –
Muralto, Cantón del Tesino, Suiza, 18 de marzo de 1980. El arte de amar, 1959)
Normalizar es la gran obsesión de la escuela postmoderna... Perdido ya el ideal liberador de la educación moderna en los vericuetos del mercado global, se pretende, tan sólo, "construir la ciudadanía del mañana" según un patrón único que incluye las competencias básicas de tipo cognitivo, afectivo y moral. Una ciudadanía, en suma, incapaz del mal, pues cualquier "comportamiento contra norma" es simple desvarío o locura... Incapaz, igualmente, del bien, pues "conducirse según norma" sólo indica que se ha asumido el imaginario colectivo que permite "saber a qué atenerse". Intentar, desde las instituciones educativas, otra cosa, reintroducir la posibilidad del bien y del mal, implica amparar la libertad para desobedecer, más allá (o más acá) de la demencia... Pero esa es, aquí y ahora, tarea heroica de resistencia.
Nacho Fernández del Castro, 6 de Abril de 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario