«¡Qué pedagogos éramos cuando no estábamos preocupados por la pedagogía!.»
(Daniel Pennac; . Como una novela, 1993)
La utilización meramente instrumental de la pedagogía por las administraciones educativas, como legetimación de determinado tipo de ceremonias recurrentes ha logrado erradicar todo anhelo emancipador de nuestras escuelas. Podemos decir que el uso fraudulento de producciones psicopedagógicas como simples recetarios al gusto del poder de turno ha expulsado el "¡atrévete a saber!" de las instituciones educativas, convirtiéndolas en fastasmagóricos vestigios de la modernidad habitados por los espíritus vacíos de un profesorado sumiso, un alumnado apático y unas familias desertoras. ¿Cómo recuperar el viejo afán innovador capaz de convertir cada aula en el maravilloso lugar de los aprendizajes siempre sorprendentes?.
Nacho Fernández del Castro, 24 de Febrero de 2011.
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